
El edificio fue inaugurado en 1926, y sus líneas arquitectónicas reflejan la importancia de estas estaciones en aquellos días.
Un marcado estilo de arquitectura clásica con arcos, columnas y dinteles, se combina con leyendas referentes al destino de la construcción, pero que no desmerecen el aspecto general, sino más bien lo adornan.
El diseño de esta construcción pertenece al famoso Arquitecto Bustillo, creador del antiguo Hotel Llao Llao, el Museo Nacional de Bellas Artes, La Rambla, Casino, Hotel Provincial de Mar del Plata y la Catedral de Nuestra Señora del Nahuel Huapi de san Carlos de Bariloche entre otros.
Conserva prácticamente todas las estructuras originales y dependencias, como boleterías, baños, despacho de equipajes, confitería, salas de control, telegráficas, etc.

El andén, con vías de ambos lados, tiene unos 150 metros de largo y se encuentra cubierto en toda su extensión por un techo con pendiente hacia el centro, de chapas acanaladas sostenido por cabriadas y columnas de madera.

Algunos vagones aún reposan en las vías ya abandonadas, destacándose uno que formó parte del tren presidencial. Se trataba de una formación de vagones propiedad del Estado Nacional, especialmente adaptados a trasladar figuras importantes y que usaran el Presidente Juan Domingo Perón y Eva Duarte, el Principe de Gales y el Papa Juan Pablo II en sus visitas, entre otras figuras.
El coche se encuentra realizado principalmente en madera y posee entre otras particularidades, tres dormitorios, cocina, sala de estar,calefacción, baño con agua caliente y bañera, además de detalles de extremo lujo para la época de su construcción, como percheros de plata. Se trata de una de los pocos de este tipo que aún se mantienen completos.
Además de aquel, un vagón de cola, como solía llamarse al último de la formación, y dos vagones de carga cerrados, con portones corredizos completan la dotación actual del museo.
La única locomotora existente en el museo es una máquina Plymouth, destinada tiempos atrás a llevar dos vagones de carbón hacia la planta de Dock Sud, con un mínimo espacio en la cabina, la misma era conducida solo por el maquinista; se destaca por parecer un modelo a escala de las grandes máquinas.
Las zorras de bomba o accionamiento manual, además de señales y otros elementos completan el paseo por el exterior del museo.

El interior del museo, conservado en impecable estado, prácticamente se conserva como el último día en que cerró sus puertas a los pasajeros; salvo por la pintura de las paredes, los pisos, paredes, carpinterías y mobiliario son los originales.
Gran cantidad de elementos, como los uniformes, linternas, señales, credenciales, libros, herramientas e innumerable cantidad de piezas usadas en la actividad, se exhiben en el salón de entrada a la Estación.

Alguna piezas de las exhibidas son maquetas móviles y mecanismos usados para fines didácticos, ya que el propio ferrocarril formaba, instruía y capacitaba a sus mecánicos y maquinistas.
Otra de las cosas que el tren con su paso acercaba a las diferentes localidades, eran las comunicaciones. El trazado de las vías era acompañado por el tendido de cables para las comunicaciones telegráficas entre las estaciones. A su vez muchas de las estaciones además cursaban comunicados particulares, estableciendo un servicio público de extrema utilidad.
Se conservan en la sala de Mandos y Telégrafo, gran cantidad de elementos destinados a comunicaciones telegráficas, telefónicas, opticas y diversos elementos de mando y control del tráfico.